La palabra "códice" se refiere a un volumen manuscrito. El nombre se deriva etimológicamente del latín "caudex" que significa tronco de árbol, lápida de madera, libro, código de leyes (Oxford English Dictionary, CD-ROM versión 3.0, 2002). El término ha sido aplicado a los libros escritos a mano de Mesoamérica. Hay cuatro (o tres) Códices Mayas, o fragmentos de los Códices Mayas, que existen en forma algo legible. Ellos son comunmente llamados los Códices: Dresde, Madrid, París (llamados así por la ciudad donde están guardados actualmente) y el Grolier (llamado así por el Club Grolier de la Ciudad de Nueva York, donde primero fué exhibido). Todavía hay algunos Mayistas quienes debaten si el Grolier es real o es una imitación por la frase que dice "hay cuatro (o tres) Códices Mayas…"
Durante años se pensó que los códices habían sido hechos de fibra de maguey, pero en 1910, R. Schwede estudió los códices completamente, y determinó que ellos fueron hechos de un proceso usando la corteza interna del árbol de higo. Esto fue entonces tratado con una capa de cal (o algo parecido a la cal) sobre la superficie, la superficie fue entonces escrita con cepillos y tinta. La tinta negra era carbón negro de hollín, los rojos fueron hechos de hematita (óxido férrico), y hermosos azules luminosos, verdes y amarillos estaban tambien presentes. Los códices fueron escritos en tiras largas de este papel, y fueron doblados como en forma de acordeón. Las páginas de los códices eran cerca de 4 por 9 pulgadas (o 10 por 23 cm) de dimensión.
Tener sólo cuatro escasos códices para trabajar parece realmente muy triste. Pero también es una suerte que estos cuatro códices pudieran escapar de las ruinas del clima húmedo de gran parte de Centroamérica, la destrucción europea determinada del siglo 16 llamada “los trabajos del Diablo”, la negligencia europea posterior, y los daños y perjuicios extensos durante la Segunda Guerra Mundial. Los códices que terminaron en europa parecen haber llegado a España como parte del "Real Quinto" y/o recuerdos. Como la familia Real Española tenía lazos a lo largo de Europa, especialmente con Austria, no es sorprendente que el Códice Dresde, por ejemplo, estuviera algún tiempo en Viena. Que con varias ventas, etc., tres de los Códices Mayas terminaron en Madrid, Dresde y París. La historia del Códice Grolier es bastante diferente, habiendo sido "descubierto" en 1965, en México.
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